Rosana Antolí, Isabel de Naverán y Julia Spínola. Comisario: Francisco Ramallo
El verso de Lorca “Pavimento infinito. Mapa. Sala. Arpa. Alba” implica una posibilidad de circulación hacia adelante, que es, al mismo tiempo, ascendente. Tomado como título de esta exposición, quiere servir de articulación de las tres secciones que la componen. En todas ellas resuenan ideas asociadas al movimiento (su notación, su traspaso a un objeto, su registro en un cuerpo, etc.). El movimiento también está presente en el discurso arquitectónico del propio edificio, en lo “coreografiable” o “traducible” de la obra de Lorca, o en los desplazamientos que posibilita esta muestra.
Pavimento infinito. Mapa. Sala. Arpa. Alba activa diferentes espacios del Centro Federico García Lorca (la sala expositiva, el auditorio, las proximidades del lugar donde se custodia el legado, y la zona de acceso a las plantas superiores), y se desarrolla también, a través de dos conferencias perfomativas, una conversación y el propio espacio del catálogo.
La muestra supone un ejercicio de resignificación de algunas obras de Lorca (Suites, El público, una conferencia y algunos dibujos), a partir de las investigaciones de Rosana Antolí, Isabel de Naverán y Julia Spínola, en torno a la teoría de la danza, la coreografía, el registro de movimientos, o, por otro lado, el lenguaje literario y su posibilidad de transferencia a lo objetual o lo performativo. En cada uno de estos encuentros hallamos una serie de pautas de movimiento, como un cuerpo que baila en otro cuerpo.
Isabel de Naverán: “El mar baila por la playa”
El encuentro con Lorca, que posibilita esta sección, se produce a través del género de la conferencia, que también practicó el poeta, y en concreto mediante el Elogio a Antonia Mercé, La Argentina. Isabel de Naverán, al tratar anteriormente el registro de movimientos de un cuerpo en otro, indagó en las prácticas del bailarín japonés Kazuo Ono, quién a través de sus movimientos también homenajeó a la bailaora. Ono se convirtió así en otro portador de los “perfiles” de La Argentina, que Lorca había recogido en el citado texto.
Julia Spínola: “(es lo mismo) río que surtidor”
Julia Spínola parte de la lectura de las Suites de Lorca, y se apoya en dos formatos, el dibujo y la escultura, así como en las posibilidades performativas que cobijan. La artista resignifica obras anteriores propias para, junto con las realizadas para esta exposición, provocar un diálogo matérico-gestual que genera una nueva gramática. Desde las imágenes poéticas de las Suites, la materia es forzada a pasar por diferentes estados, presentes en el objeto, que actúa de fijador